sábado, 25 de diciembre de 2010

Sinapsis te desea unas felices fiestas y un buen año 2011

Sinapsis te desea unas felices fiestas y un buen año 2011
Aunque la crisis lleva dos años golpeando duro, digamos, echando mano al refranero, que al mal tiempo buena cara y que no hay mal que cien años dure.
Tras algunos miles de años evolucionando sobre la tierra, el optimismo es la única opción realista.

Sinápticas felicitaciones.

martes, 21 de diciembre de 2010

Psicología de la música IV. Emoción y conductas motoras

La emoción y las conductas musicales motoras son otros temas de interés para la psicología de la música y que merecen una mención.
De la emoción en la música se ha escrito mucho. Pero se ha explicado poco, tanto desde la teoría musical como desde la experimentación. Que se trata de una fenómeno clave en la experiencia musical no hay duda. Sin emoción no habría música. Al parecer activa áreas generales del cerebro relacionadas con la recompensa y el placer, lo cual tampoco da grandes pistas. Según los pocos estudios realizados, desde el punto de vista emocional la música no parece distinguirse mucho de otras experiencias humanas.
El hecho de que patrones acústicos específicos influyan en nuestros estados emocionales no es una capacidad exclusiva ni de la música ni tampoco de los seres humanos. Sabemos desde Darwin que las vocalizaciones animales producen estados emocionales. Muchas de las llamadas de sumisión o afiliativas tienden a estar armónicamente estructuradas, las llamadas de atención, en su mayoría, tienden a subir en frecuencia, y las voces de agresión son cortas y de tipo “staccato”. Esto también ocurre en humanos. Podría ser que nuestras facultades musicales hubieran reusado este mecanismo que no evolucionó originalmente para la música. Los estudios transculturales indican que los occidentales reaccionan a los ragas indios de forma parecida a los propios indios usando claves comunes (el tempo, los cambios de tono y quizá otras).
De la teoría musical sabemos que las obras en tono mayor con tempo rápido suelen ser consideradas como alegres, las obras en tono menor y tempo lento suenan melancólicas y tristes y las que tienen disonancias y tempo rápido inducen temor. Pero eso es teoría musical occidental. No parece que sea exportable a otras culturas. Quizá el fenómeno más universal sea el de las canciones de cuna o nanas.
No hay que olvidar la vivencia asociada a la música. Me gusta una canción, me emociono con ella porque me recuerda a mi primer amor o al verano que pase con mis amigos... La asociación entre música y episodios de la vida es inseparable. También en vivencias colectivas como los soldados que van a la guerra, los deportistas en el podio o los oyentes de un concierto.
Si la percepción musical es intrigante, la interpretación musical es una conducta motora deslumbrante, incomprensible y difícil de seguir. Un concierto de piano que dure 20 minutos con compases de duración media (2s por compás) y 16 notas por compás (8 por cada mano) tendrá 9.600 notas (20x30x16). El interprete habrá aprendido la secuencia motora para 9.600 movimientos de dedos cada uno en su tiempo, en su lugar, con su duración y con su intensidad. El estudio de las estructuras neurales que soportan tal desempeño será sin duda fascinante.
Como fascinante resulta esta virtuosa conducta motora de Anna Netrebko interpretando Sempre Libera de la Traviata de Verdi que conecta con los circuitos de las emociones, anuda la garganta, humedece los ojos, contiene la respiración, altera el pulso cardíaco y pone los pelos de punta.

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domingo, 19 de diciembre de 2010

Psicología de la música III. Ritmo

El ritmo, como otros elementos de la música, es común a muchas actividades humanas. Pero tiene su máxima expresión en la música.
El ritmo es tiempo, se inscribe en el tiempo, parcela el tiempo, lo divide. El ritmo es una repetición a intervalos regulares. En música es la repetición de sonidos fuertes o débiles. 
El ritmo tiene una base biológica. Múltiples actividades biológicas que transcurren en el tiempo están sujetas a ritmo. Los ritmos circadianos marcan la noche y el día. Más notablemente el corazón late entre 1 y 2 veces por segundo, respiramos una vez cada 3 segundos, el paso normal es de 2 pasos por segundo. En los ritmos musicales normales un compás dura 1 o 2 segundos.
Aunque pueda parecer lo contrario, existe muy poca variedad en los ritmos musicales.La mayoría están compuestos de 4 o 2 partes aunque los hay de 3 partes y en menor medida de otras partes. 2 partes equivalen al paso lo que tiene su lógica si queremos bailar con la música y 4 partes es 2x2. Y desde sus comienzos la música estuvo ligada a la danza. Desde luego cualquiera puede enumerar otros muchos ritmos donde hay algunas variaciones y donde las partes van sincopadas (la nota fuerte entra en la parte débil) generando distintas sensaciones de movimiento. Pero comparten una esencia común.
El ritmo es monotonía, es repetición. Es algo no muy estudiado, pero claramente identificable. El balanceo de los bebés produce sosiego. En los adultos, la repetición de los mantras induce al trance. El ritmo es hipnótico, sugiere la continuación. Un ritmo simple de tambores o el de una discoteca puede mantener a los danzantes en actividad durante horas.
Se puede imaginar música sin ritmo pero es poco común. El gregoriano empezó como monodía sin ritmo. En cuanto se incorporaron más voces fue necesaria la coordinación en el tiempo, el ritmo. El ritmo es también una coordinación de esfuerzos en otras actividades humanas como remar o mover un objeto.
La teoría musical ha estudiado más otros elementos musicales, singularmente la armonía. Tampoco hay muchos estudios experimentales sobre el ritmo.
En el presente estudio (pdf) se investigó la preferencia de monos americanos respecto a la velocidad en la que se desarrolla la música, el tempo. Se introdujo a tamarinos y titíes (monos del nuevo mundo) en una condición experimental en la que podían escoger entre dos tipos de tempo. También entre un tempo y el silencio. También fueron evaluados humanos. Los resultados fueron:
  • Los monos prefieren el ruido suave al ruido alto.
  • Presentados a dos estímulos, una nana y un tema techno electrónico - controladas circunstancias como el volumen de la música (normalizado en las dos) y la ausencia de voces (la nana es instrumental) - los monos mostraron una inequivoca preferencia por la nana frente al techno.
  • Si en lugar de música usamos simples clics, los monos prefieren 60 clics por minuto a 400. De nuevo tempo lento.
  • Puestos a elegir música frente a silencio, los humanos preferían la música. Los titís y tamarinos preferían sistemáticamente el silencio.
El estudio concluye por un lado que para los primates no humanos el tempo es una variable crítica. Por otro que las preferencias acústicas espontaneas de los primates no humanos difieren totalmente de aquellas de los humanos.
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martes, 14 de diciembre de 2010

Psicología de la música II. Expectativas musicales

El cerebro es un generador de expectativas. Su valor adaptativo es innegable. Formulamos expectativas sobre la realidad (dónde estará mañana la caza o qué valor subirá en bolsa) y si acertamos obtenemos una recompensa (cazamos o ganamos dinero). Estas expectativas se generan en la mente de forma constante como un ejercicio mental. En música también las generamos y son inherentes al disfrute musical como bien saben los compositores.
Crear y romper expectativas, alternar la tensión y la relajación, sentir curiosidad por lo desconocido y sentirse cómodo en lo habitual son acontecimientos que abarcan la totalidad de la experiencia humana y que están presentes en la música. Aunque nuevos estudios revelan estos fenómenos, son algunos de los fundamentos de la teoría de la música que se enseñan en las escuelas.
En un experimento se midieron las ondas cerebrales de 20 sujetos mientras escuchaban distintos himnos. Las notas inesperadas (que rompían el patrón armónico) elicitaban una respuesta neural distinta que el resto y producían un pico de actividad cerebral.
La tonalidad es una expectativa. El compositor la plantea al principio de la obra, juguetea con la tonalidad durante toda la obra manteniendo el suspense, pero no nos la entrega completa hasta el final, resolviendo la tensión.
La música juega con nuestras expectativas, nos incita a realizar predicciones sobre qué nota vendrá después y nos enfrenta con nuestros errores. La música es una forma cuyo significado depende de su violación.
Lo conocido nos produce comodidad o aburrimiento. Lo desconocido provoca curiosidad o temor. O todo junto: me muero de miedo viendo una película de terror pero no puedo dejar de verla. De igual manera ocurre con la música. A veces deseamos la paz de una obra agradable que nos tranquiliza. Pero podemos encontrarla aburrida. Entonces recurriremos a una obra con sorpresas, disonancias y desafíos. Aunque puede llegar a producirnos desasosiego. No hay una fórmula mágica, tanto la tensión como la relajación tienen su momento y en su alternancia está el acierto.
La presentación de tensiones que sólo se resuelven al final es común a la música, a las historias que cuentan la literatura y el cine y a la vida misma.
La música culta occidental evolucionó violando las reglas una y otra vez hasta alejarse del gusto popular. Pero esa es otra historia.
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domingo, 12 de diciembre de 2010

Psicología de la música I. Evolución y humanidad de la música.

La música es una actividad genuínamente humana y ubicua en nuestra sociedad. Es la más abstracta de las artes y tiene conexión con otras muchas partes del comportamiento humano Aunque se ha estudiado la psicología de la música, existe poco trabajo experimental que arroje luz sobre ella. Dos preguntas se plantean entre otras muchas: ¿es la música exclusivamente humana? y ¿es la música una experiencia exclusivamente musical? Dicho de otra forma ¿qué es evolución y que es aprendizaje en música? y ¿qué toma prestado de otras facultades humanas?
Puesto que ni la capacidad de disfrutar ni la de producir notas musicales tienen la menor utilidad para el hombre en sus hábitos cotidianos, hay que clasificarlas entre las facultades más misteriosas de las que está dotado. Charles Darwin
Josh Mcdermott y Marc Hauser han realizado una exhaustiva recopilación de los estudios realizados sobre música hasta la fecha. Parte de sus pensamientos se recogen en The evolution of the music faculty: a comparative perspective (pdf).
Aunque es imaginable un mundo sin música, en general, todos los individuos o culturas han disfrutado de la música. La música plantea interesantes preguntas acerca de la percepción, cognición, emoción, aprendizaje y memoria. Siendo tan extensa ¿por qué no es evolutivamente adaptativa?
Los estudios de la música se pueden parecer al lenguaje. El lenguaje es innato pero requiere exposición. Hay una gramática universal. En este sentido se asemejan música y lenguaje ya que hay sonidos que todos los miembros de una sociedad reconocen como agradables y otros sonidos que todos reconocen como desagradables.
Los estudios animales pueden responder a las preguntas:
  1.  ¿Cuál es el estado inicial, innato del conocimiento musical previo a cualquier experiencia? Parece que la generalización de las octavas es un fenómeno que abarca a humanos y a animales. A su vez, todas las culturas dividen la octava en 7 o 5 tonos (escalas heptatónica y pentatónica). Todo ello parece indicar que hay cierto innatismo en la música.
  2.  ¿Con la exposición a la música, cómo evoluciona  ese estado inicial a un estado maduro de conocimiento musical? Siguiendo en esa línea, ¿hay una ventana de edad para aprender a disfrutar de la música? ¿ hay síndrome de carencia estimular?
  3. ¿Cuál ha sido la evolución hasta este "estado innato"? ¿Ha sido una adaptación?
¿Es la música una adaptación o reutiliza otros componentes cognitivos?
  1. Si es una adaptación, ¿qué problema vino a resolver? Según Darwin es para atraer parejas como la cola del pavo real. También puede argüirse que es grupal, para formar coaliciones. 
  2. Otra posibilidad es que sea cooptada, no adaptativa y un efecto colateral de la evolución de otros mecanismos perceptivos y cognitivos que evolucionaron y sirven para otras funciones y propósitos. (Pinker 1997). Hemos aprendido a asignar significado a estímulos que no lo tenían y a disfrutar estéticamente de ellos.
Los animales no humanos no hacen música en general. Comparada con el lenguaje, se sabe que los mecanismos de reconocimiento del discurso son comunes con otros animales y no evolucionaron especificamente para el lenguaje sino que este los aprovechó después. Fueron cooptados, reusados.
Experimentos con monos macacos. Generalización de octavas.
En el experimento, el mono juzga si distintos estímulos auditivos son o no son iguales.
Los monos y los hombres muestran generalización de las octavas (la octava es el intervalo que media entre dos notas cuya relación de frecuencias es 2 a 1 ej: do-re-mi-fa-sol-la-si-do). Tienden a juzgar dos melodías como iguales cuando las separa una o incluso dos octavas. Sin embargo, los monos no consideran iguales las melodías que se separan otros intervalos como 0,5 o 1,5 octavas. A esto se llama transposición de claves y los humanos en cambio consideramos iguales estas melodías.
Más curioso aún es que la generalización de octavas en los monos sólo ocurre en música tonal. Si la melodía consiste en una sucesión aleatoria entre 12 notas (música atonal) los monos no dan muestras de generalización de octavas.
Ello parecería decir que la generalización de las octavas es innata. Y no sólo eso, sino que la música tonal tiene un cierto estatus también en primates no humanos. Dado que los pájaros no muestran la generalización de octavas, parece que es un mecanismo que apareció después de la divergencia de mamíferos y aves.
Esto parece cuadrar con el hecho de que las octavas responden a un patrón físico más que biológico. (véase ¿Por qué las escalas musicales suenan bien?)
Experimentos con electrodos implantados.
Se realizaron implantes de electrodos en pacientes con epilepsia y en monos.
Fueron expuestos a acordes disonantes (segundas mayores y menores) y consonantes (quintas y octavas). Las respuestas neurales fueron idénticas en monos y hombres y distintas para acordes disonantes y consonantes. Estudios en bebés parecen indicar que se alejan de los acordes disonantes (e incluso lloran) y se acercan a los consonantes.
Manifestaciones musicales en animales.
El canto de los pájaros parece que sólo tiene relación con la defensa del territorio y la atracción de pareja. Aunque el canto de los pájaros provoca emociones  en sus congéneres, es una función exclusivamente comunicativa. Los pájaros no cantan por placer. En la mayoría de las especies que cantan sólo lo hacen los machos, al contrario que en los humanos. Los primates no cantan. Nuestro ancestro común no lo hacía.
Las nanas
Proporcionan otro ejemplo de restricciones universales ya que transculturalmente son universales en un amplio conjunto de aspectos.
Conclusión
Todo parece indicar que hay características innatas en la facultad musical de los humanos. Tambien que hay claras diferencias con los animales.
Por otra parte, aunque la música comparte muchas características con otras facultades humanas, parece claro que no todo es reducible a aquellas y que hay aspectos genuínamente musicales en la música.

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martes, 7 de diciembre de 2010

EL proyecto Conectoma Humano del NIH

Los Institutos Nacionales de la Salud NIH americanos han otorgado subvenciones por un total de 40 millones de dólares durante cinco años para crear un mapa de las conexiones de cerebro  humano en alta resolución. Se trata de "un ambicioso esfuerzo para mapear las vías neurales que subyacen al funcionamiento del cerebro humano". Esta es la página web con más información.
Una de las subvenciones se destina a escanear con resonancia magnética avanzada, fMRI en resposo y en actividad, DTI y magnetoencelografía a más de 1000 personas incluyendo estudios de gemelos, correlación con pruebas de comportamiento y perfiles genéticos. Los datos serán de libre acceso y permitirán un detallado análisis.
La otra subvención se dedicará a la creación de un escáner de resonancia magnética de última generación de 3T que mejorará la calidad y la resolución espacial de los datos de conectividad del cerebro.