domingo, 26 de mayo de 2013

Watson, el superordenador de IBM que ganó Jeopardy, comienza a responder el teléfono

Watson el ordenador de IBM que deslumbró en el concurso de TV Jeopardy y se graduó como experto en medicina oncológica atiende al teléfono. IBM inaugura las servicios de call center basados en Watson



Las cifras son gigantescas. 270.000 millones de llamadas a centros de atención telefónica son atendidas anualmente. De ellas la mitad no se resuelven de inmediato o requieren escalar el problema a un supervisor. Un 1% de mejora en la satisfacción del cliente lleva a un 4,6% de ganancia de cuota de mercado. Los clientes satisfechos generan un 23% más de ganancias a la empresa. ¿Cómo mejorar estos datos? IBM cree que Watson proporcionará una mayor satisfacción y mejoras en los resultados financieros.

Watson se presentó al concurso de TV Jeopardy y ganó a los dos mejores concursantes de la historia del programa. Entre sus características estaban
  • manejo del lenguaje natural,
  • posibilidad de formular hipótesis,
  • búsqueda de evidencias
  • manejo de información no estructurada
  • gestión de ingentes cantidades de datos (Big Data)
  • comparación de resultados
  • ranking de respuestas
  • aprendizaje
y un sinfín de algoritmos de Inteligencia Artificial AI que supusieron un gigantesco avance en este área.

Como es de suponer, Watson no estaba concebido para jugar en concursos de TV sino para aplicaciones de negocio. La primera llegó en el mundo de la salud. Así, Watson comenzó a trabajar con la empresa sanitaria WellPoint y el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center para proporcionar servicios en la nube capaces de revolucionar la sanidad. Un diagnóstico apoyado por Watson mejoraba la predicción desde un 50% hasta el 90%. En este proceso, Watson se hizo un 75% más pequeño y un 15% más rápido.

Ahora Watson ha dado un nuevo paso: la atención telefónica. Con demasiada frecuencia, al ser atendidos telefónicamente, o no hay una persona al otro lado, o no sabe responder nuestras preguntas. Watson podría ser una buena alternativa.

De modo que en poco tiempo, ese prodigio de la Inteligencia Artificial podría estar al otro lado de la línea. Watson para las masas. El nuevo producto se llamará Watson Engagement Advisor.

Una novedad es que no será un dispositivo que implanten las empresas: no será un ordenador; será un servicio. La empresas contratarán el servicio y podrán realizar modificaciones. Unas tendrán soporte de voz, quizá basado en otros proveedores como Nuance. Otras proporcionarán todos los manuales técnicos y condiciones contractuales. Otras permitirán que Watson acceda a los registros de clientes con la necesaria confidencialidad de modo que Watson podrá llamarnos por nuestro nombre.

Las posibilidades son enormes. Un cliente podrá comenzar un diálogo en su smartphone y seguir después en su PC o tablet. Las industrias interesadas pasan por bancos, asesores financieros, proveedores de servicios telefónicos, compañías de seguros y cualquier organización que proporcione servicios de atención telefónica. Entre las que han manifestado su interés están el proveedor de servicios telefónicos malayo Celcom, las empresas financieras Royal Bank of Canada y el australiano ANZ Banking Group, el proveedor de servicios de IT IHS, y la firma de estudios de mercado Nielsen.


Los sistemas cognitivos han llegado para quedarse y Watson está a la cabeza.

Artículo publicado originalmente en ALT1040

domingo, 19 de mayo de 2013

Robots humanoides, la complejidad del movimiento humano

Acaba de concluir en México la 15ª edición anual de RoboCup, un campeonato de fútbol para robots. En la final un equipo de EE.UU. ganó 4-0 a otro de Alemania. Ver a estos pequeños robots competir hace pensar sobre su colosal desafío: imitar el complejo movimiento humano.


En la competición todos los equipos usan el mismo hardware y el esfuerzo está en desarrollar el mejor software. Los jugadores son completamente autónomos e incorporan habilidades que en los humanos se dan por supuesto: visualizar la propia posición, la de los demás y la de la pelota, usar la estrategia o golpear el balón sin caerse. Aunque se caigan son capaces de levantarse solos. El desafío para la Inteligencia Artificial es formidable. Además lo hacen en un entorno competitivo y practicando el deporte rey, el fútbol.

Comparados con el movimiento humano, los robots palidecen. Se ven sumamente torpes e incapaces. Los japoneses llevan mucha delantera en el desarrollo de robots humanoides y poco a poco van creando mejores prototipos como el famoso Asimo de Honda que es capaz de correr.

Tendemos a desdeñar el movimiento humano. somos seres racionales y ahí radica nuestra superioridad sobre el resto de animales de modo que no prestamos tanta atención a nuestra movilidad. Sin embargo, los humanos somos capaces de realizar un repertorio de movimientos tan variado que ningún otro animal puede aproximarse siquiera. Corremos, tocamos el piano, hacemos piruetas desde el trampolín y bailamos. Es algo totalmente sorprendente si reparamos un poco en ello.

La parte del cerebro involucrada en el movimiento es enorme. Además de procesar las sensaciones, una parte importante de la corteza cerebral está dedicada al movimiento: el córtex motor y el córtex premotor. Pero no solo la corteza cerebral es responsable del movimiento. Los ganglios basales son unas estructuras muy grandes centradas en la movilidad. Lesiones en estas áreas provocan el párkinson y la corea de Huntington. Y además está el cerebelo que contiene muchas más neuronas que la propia corteza cerebral. En conjunto puede decirse que la ejecución de los movimientos humanos requiere el uso de más parte del cerebro que cualquier otra facultad humana incluido pensar.
El objetivo es disponer de un equipo de robots para 2050 que pueda competir contra el equipo campeón humano y ganar. Todavía tenemos 40 años para conseguirlo.
Resulta gracioso fijarse un objetivo para 2050. En la simulación del cerebro el objetivo que se baraja un proyecto como Blue Brain es 2030, aunque es muy discutible que se consiga. En todo caso no es sorprendente que simular el pensamiento requiera 20 años y simular el movimiento necesite 40. Las destrezas motrices humanas son más complejas computacionalmente que las mentales.

Artículo publicado originalemente en ALT1040

domingo, 12 de mayo de 2013

El coste de tener un cerebro muy grande


Lucy es el nombre del esqueleto de un homínido, un Australopitecus, que se encuentra en el Museo Nacional de Etiopía en Addis Abeba. Tiene 3,2 millones de años de edad y su característica más importante es que caminaba de pie. La evolución humana trajo consigo unos cerebros muy grandes con un enorme coste energético. La bipedestación, el uso de las manos, el lenguaje, las capacidades cognitivas, la cultura y la dieta están unidas en el desarrollo humano, pero aún no sabemos cómo.

Lucy tenía el cerebro del tamaño de un chimpancé y no era muy distinta cognitivamente. Desde entonces el volumen del cerebro se ha multiplicado por 3, desde el medio litro de Lucy y los chimpancés hasta el litro y medio de los humanos.

El cerebro humano consume una quinta parte de todas las calorías que ingerimos. Es una cantidad enorme y alimentarlo supuso para nuestros antepasados cambios fundamentales en varias áreas (como curiosidad conviene decir que un cerebro humano consume 20 vatios, lo que una bombilla pequeña. Por contraposición, el superordenador más grande consume 8 megavatios, medio millón de veces más).

El esqueleto de Lucy muestra a las claras que la bipedestación es anterior al crecimiento del cerebro. Andar de pié además modifica la pelvis y el parto. Como consecuencia, los cráneos de los homínidos no nacen totalmente formados. Los huesos terminan de cerrarse a los dos años del nacimiento lo que permite que el cerebro siga creciendo después del parto, algo que no ocurre en el resto de los simios.

La bipedestación trajo otros cambios. Nuestros antepasados podían recorrer mayores distancias sin cansarse y perseguir a la caza durante jornadas. También permitió ver desde una mayor altura lo que resultaba conveniente en las altas hierbas de la sabana. Además dejaba las manos libres lo que permitió fabricar instrumentos y crear una cultura cada vez más compleja. Todo ello trajo consigo un progresivo aumento del cerebro, mayor cultura y más habilidades cognitivas.

Los estudios parecen indicar que la bipestación conlleva un menor coste energético, de modo que los homínidos podían gastar más en pensar ya que su locomoción era más económica. Pero otros factores también han influido.

La caza permitió una dieta más rica, hacer más con menos cantidad de comida y disponer de tiempo libre. La cultura tiene una doble influencia. La cría de la prole en grupos era facilitada por la caza de la manada. Y la independencia del clima se vio favorecida por el vestido y la vivienda.



Saber cómo evolucionaron todos estos aspectos llevará años de investigación antropológica y genética. Mientras tanto, el fascinante recorrido del ser humano desde los tiempos de Lucy seguirá siendo un misterio.

Publicado originalmente en ALT1040

domingo, 5 de mayo de 2013

Test de Turing con humanos: más fácil pasar por gay que por cristiano


Alan Turing se preguntó: ¿pueden pensar las máquinas? Para evitar definir los términos pensar o máquina, decidió crear su famoso test. Si un juez humano no puede distinguir entre una máquina y otro humano, la máquina piensa. Llamó a esta prueba el Juego de la Imitación.




Con el tiempo, el Test de Turing ha demostrado ser una poderosa herramienta. Si bien es cierto que ninguna máquina lo supera en la actualidad en un entorno verbal sin restricciones, cada vez son más las máquinas que lo superan en tareas concretas como jugar al ajedrez.

Ahora el Test de Turing o el Juego de la Imitación ha comenzado a usarse de una forma muy ingeniosa por los sociólogos. Se trata de que una persona se haga pasar por otro tipo de persona y ver si engaña a un juez. De este modo comparamos hasta que punto una persona entiende a las personas que pertenecen a otro grupo social. Para poderme hacer pasar por musulmán, tengo que entender el punto de vista de los musulmanes.

Existen según los sociólogos dos tipos de experiencia. La experiencia contributiva se refiere a los auténticos expertos, físicos, abogados o economistas que aportan nuevos conocimientos y experiencias a su materia. La experiencia interactiva, por el contrario, es la de los expertos que solo rozan el área, hablan con los auténticos expertos y acaban teniendo una buena idea de la materia.

Aplicar el Juego de la Imitación en estos entornos está resultando un experimento sociológico muy fructífero. Harry Collins, sociólogo y autor de estos novedosos estudios, había pasado mucho tiempo trabajando con físicos y se sometió a la prueba. Un físico, el juez, les preguntó a él y a otra persona, un físico auténtico, diversas cuestiones sobre física. Después, las respuestas de ambos, el imitador y el físico, se repartieron entre varios otros físicos que harían de juez. La sorpresa consistió en que el imitador obtuvo mejores resultados que el físico auténtico. Al parecer, lo que más confundió a los jueces es que el físico auténtico dio una respuesta de libro a una pregunta mientras que el imitador proporcionó una respuesta correcta pero inusual. Esto hizo pensar a los jueces que el imitador había elaborado más la respuesta.

Pongámonos en el caso de los ciegos. Han vivido toda la vida en un mundo de videntes. Constantemente escuchan comentarios de personas que ven sobre acontecimientos que pueden ser vistos. El caso contrario es el de las personas que ven y nunca han estado expuestas al mundo de los ciegos. ¿Quién conoce mejor el otro mundo? ¿Quíen engañará a quién? El ciego es muy capaz de engañar al vidente y hacerle creer que ve. El vidente no puede engañar al ciego y hacerle pensar que él también es ciego.

Para medir los resultados se estableció una medida llamada relación de identificación o IR. Con esta medida se ha comenzado a relacionar ámbitos distintos.

Un ámbito estudiado ha sido la homosexualidad. Se da la dramática circunstancia de que Turing era gay y sufrió mucho por ello. Fue condenado a la castración química por ser homosexual y, no pudiendo resistirlo, dos años después se suicidó. Pero la situación en Inglaterra y en la mayoría del mundo ha cambiado. La normalización de la homosexualidad ha permitido que un mundo, antes oculto, sea ahora bien conocido.

Otro ámbito investigado ha sido la práctica religiosa. La sociedad inglesa se ha ido secularizando y los investigadores tenían el interés en saber hasta qué punto. De modo que realizaron el Juego de la Imitación en el que personas no religiosas se hacían pasar por cristianos y fueron evaluados por jueces cristianos.

Y ¿cuál fue el resultado? Entendemos mejor a los gays que a los cristianos. O dicho de otra forma, es más fácil hacerse pasar por lo primero que por lo segundo. O, para ser exactos, las posibilidades que tiene un heterosexual de hacer creer a un gay de que él también lo es son mayores que las posibilidades que tiene un no religioso de hacer creer a un cristiano de que él también es religioso.

El mundo cambia rápidamente pero la utilidad de una buena idea como el Test de Turing permanece.

Artículo publicado originalmente en ALT1040